En los países del primer mundo también ocurren accidentes
resultado de errores: se estrellan los aviones, se derrumban los
puentes, se dañan las losas de las calles. En nuestro país es evidente que las
cosas también salen mal y de vez en cuando sabemos de errores que suceden en
proyectos de diverso tipo:
Un ejemplo de un error de ingeniera ocurrido en Holanda con un costo de millones de dolares.
La gran diferencia entre esos países que avanzan y el nuestro es
la reacción ante esos fracasos: mientras ellos aprenden, nosotros
tratamos de tapar el error lo más que se pueda y cuando sale a la luz entonces
tratamos de olvidarnos del asunto lo más rápido que podamos.
Los proyectos pueden fracasar y cuando sucede no solo
es importante seguir adelante, también es esencial aprender algo a partir de
los fracasos. En Colombia eso no pasa y pues debemos reconocer que en la
Universidad Nacional tampoco.
El nuevo proceso de admisión fue una mejora con respecto a un
proceso que no estaba funcionando bien pero son muchos los problemas nuevos y
errores que se produjeron en su primer implementación que se hicieron evidentes
en una pérdida del 10% de cupos disponibles para estudiantes nuevos.
Hace unos días fue publicada la oferta para 2014-1 en la cual se
realizaron cambios con respecto al proceso que acaba de pasar, pero los cambios
son superficiales: apertura de más grupos de inscripción de examen y menor
cantidad de carreras seleccionables en cada inscripción de carrera.
Estos cambios están orientados a mejorar las posibilidades de
ingresar a CUALQUIER carrera a las personas con mejores puntajes pero se olvida
por completo que se debería orientar mejor a los aspirantes sin importar el
puntaje obtenido.
Un aspirante que no pase a ninguna de las dos carreras que ha
seleccionado entonces será incluido en el siguiente grupo de inscripción de
carrera (ósea que efectivamente puede inscribir 4 carreras o más). El problema
no es que la gente entre a cualquier carrera, el problema es que los admitidos
entren seguros de sus intenciones de graduarse en esa carrera.
Aprendimos algo del primer intento fracasado: no. Ni siquiera
reconocimos el fracaso.
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